Ahí reside el éxito del 'rockautor' sevillano, en componer e interpretar temas que forman parte de la banda sonora de su público. Con una mente abierta, Poncho K ha sabido dotar a su carrera de una variedad de estilos reflejada en los artistas que desfilaron por el escenario de la discoteca de Malasaña. Abrió el recital junto a Rakel Winchester y luego contó con las colaboraciones de Rubén Pozo en 'El último sol' o de Carlos Chaouen, uno de los cantautores más talentosos de nuestro tiempo, con el que interpretó en formato acústico 'La tarde viajera'. Hubo momentos para tonos más flamencos o para el lado más punk de Poncho con la sorpresa de la noche, la irrupción en el escenario de Manolo Kabezabolo en 'Mentiras de sal'. Y como colofón a la velada, la fulgurante presencia de otro de los grandes poetas del rock cantado en castellano, Vito Íñiguez (Sínkope), que dejó su marca en 'Verborrea'.
Todo el concierto fue enmarcado dentro de un coqueto decorado representando el oasis de un parque en medio de una desapacible gran ciudad y con un planteamiento musical al servicio de una banda que estuvo a la altura de las circunstancias. Texto y fotos. Javier del Valle.
