Más criticados que adorados en los últimos tiempos, Barón Rojo forma parte de la banda sonora de muchos rockeros. Por eso nos duelen sus malos momentos. Como muestra, el que escribe este texto descubrió al grupo en un recreo del colegio, cuando algunos compañeros de clase rompían esquemas y, en lugar de jugar al rescate, salían al patio con un radio cassette en el que sonaba una banda que revolucionaba los barrios de las grandes ciudades.
A pesar de no publicar discos desde hace una década, de las críticas en sus apariciones en grandes festivales, de las guerras dialécticas y de otro tipo con Sherpa y de su falta de adaptación a los nuevos tiempos (redes sociales), siguen acaparando interés cuando son contratados por ayuntamientos o promotores privados en España o Latinoamérica.
Los hermanos de Castro siguen su camino haciendo gala del título de uno de sus discos ("Obstinato") y, en medio de la mayor ola COVID-19, son capaces de congregar a 4.000 fieles en el Wizink Center. Pocas bandas nacionales, y menos de heavy metal, arrastran tanto público en unas circunstancias tan difíciles.
Ya han pasado unos cuantos días de este evento, aplazado por las circunstancias sanitarias y programado finalmente el 28 de diciembre de 2021, en un principio como el colofón de una gira de despedida (¿"El último vuelo"?), por lo que haré un análisis más que una crónica descriptiva al uso.
El montaje:
En el aspecto positivo, subrayaré un montaje grandioso en el recinto más moderno de la capital y con una pantalla espectacular que recogía imágenes de la discografía y de la banda en destacados momentos de su historia, amén de la pirotecnia apropiada en los grandes acontecimientos. Sin embargo, eché en falta las imágenes ampliadas de los protagonistas en directo, imprescindibles para los espectadores más alejados del escenario.
El repertorio:
Cuidadosamente elegido, con los grandes temas y sin echar en falta los grandes éxitos popularizados por la voz de Sherpa, además de canciones menos conocidas y una selección de la última etapa, la menos laureada por la afición heavy. Fueron dos horas y 45 minutos de un show bien aprovechado.
El barón vuela sobre Inglaterra
El pedal
Barón Rojo
El enemigo a batir
El presidente
Roquero indomable
Casi me mato (con Aurora Beltran)
Tierra de vándalos
Caso perdido
Te espero en el infierno
Son como hormigas (con Mel Collins)
Hermano del rock 'n' roll (con Mel Collins)
Breakthoven
Buenos Aires
Dame la oportunidad
Larga vida al rock 'n' roll
The flowers of evil (con Jorn Lande)
Seguimos vivos
Incomunicación
Concierto para ellos
Someone’s loving you (con Graham Bonnet)
Con Botas Sucias (con Angel Arias)
Resistiré
Siempre estás allí
Cuerdas de acero
Hijos de Caín
Los roqueros van al infierno (con todos los invitados)
Los miembros:
Me sorprendió gratamente José Luis Morán, muy activo sobre el escenario y con gran destreza en el manejo del bajo. Rafa Díaz estrenaba batería y cumplió con creces, como siempre. Armando de Castro es el alma de la banda, siguen maravillando sus solos y su actitud sobre el escenario. Respecto a Carlos de Castro, parece que el paso de tiempo ha hecho más mella en él que en su hermano, aunque su habilidad guitarrística es marca de la casa. Coincido con otros críticos y aficionados en que su voz deja bastante que desear y desluce el conjunto de la actuación.
Los invitados:
La pandemia y otras circunstancias que no vienen al caso impidieron la presencia de una gran parte de los invitados, una lástima para un promotor especialista en este tipo de conciertos. Faltaron a última hora
Doro,
José Luis Jiménez y
Miguel Oñate lo que deslució un evento en el que derrocharon entusiasmo y buen hacer
Aurora Beltrán,
Jorn Lande (Avantasia) y
Graham Bonnet (Alcatrazz, ex Rainbow). Muy apropiada resultó la participación de
Mel Collins, un astro del saxofón que participó en la grabación del mítico disco "Volumen Brutal". Lo mejor, la presencia del quinto barón,
Ángel Arias, el bajista que más años ha permanecido en la banda, por encima de Sherpa. Su presencia en “Con botas sucias”, con solo incluido, supone una reivindicación de su papel en la historia del grupo.
Escuchando a Jorn Lande interpretar una versión en inglés de “Flores del mal”, me viene a la mente una de las preguntas del millón: ¿hubiese supuesto un salto de calidad la presencia en la formación de un vocalista en los últimos años?. Otro ingrediente de la eterna obstinación fraterna.
El público:
La eterna crisis del COVID-19 hace mella en el ánimo del público, que empezó frío, aunque con el derroche de efectos visuales y el repertorio se fue animando a lo largo del evento. Cabe destacar el civismo porque casi la totalidad de los asistentes respetaron con escrúpulo la normativa vigente y no se quitaron las mascarillas a lo largo de la actuación. Con la colaboración de todos, demostraremos que la cultura es Segura.
Texto: Javier del Valle
Fotografías extraídas del facebook oficial de Barón Rojo: Lara G. L.